LAS CRONICAS DE ANTIGUOS RELATOS

Muy buenas a todos nuestros queridos lectores, un placer volver a escribir de nuevo con todo el cariño y respeto hacia todos nuestros colegas de afición. En esta ocasión vamos a narrar antiguas salidas de pesca que guardo en mis cuadernos de apuntes,  desde hace mucho tiempo  guardo mis experiencias plasmandolas en papel y de vez en cuando echo mano para consultar diferentes dudas sobre pesqueros y que mejor maestro para responder que nuestras propia experiencia. La idea es publicar de vez en cuando algún relato para compartirlo con todos ustedes pues para mi será un placer exponer mis humildes experiencias en las que no vamos a encontrar quizás grandes peces, pero si una gran pasión y mucha afición.

Para estrenar esta nueva iniciativa he elegido una salida que tuvo lugar hace un par de años ahora en este mes . Eramos tres los protagonistas en esta ocasión mi suegro Rafael, Jose hijo de mi cuñado, joven pero con mucha afición y servidor. Durante este mes de enero suelo sentir predilección sino bien por los temporales de levante si hay, en acudir a las playas del estrecho de Gibraltar, a falta de estos, busco calas de fondo limpio pero bordeados de piedras en la que garantice de alguna manera que durante la noche la actividad estará asegurada cuanto menos por mínima que sea en dias de calma. En esta ocasión el levante era leve y la mar apenas estaba rizada. La llegada al pesquero se produjo a las 17:30 la marea que comenzaba su ciclo de llenada como a mi me gusta que la caída de la tarde coincida con la llenante. Al atardecer comienza a entrar los besugos entra a una de las cañas que las tenemos mas terreras y el otro a mas de 160 metros pero no hay mucha más actividad por el momento. Cuando la noche empieza a caer parece que se activa el pescado a unos 120 metros varias picadas de besugos y un sargo medio decente sucumben a los engaños de gusana catalana. Al comprobar que el sargo esta comiendo decido probar con choco fresco y con la ayuda de mi badeador me meto en el agua para lanzar aprovechando los bancos de arena del rebalaje. Las cañas están pescando cuatro de ellas terrera ya que Jose y mi suegro no tienen un gran material y apuestan por poder clavar algo en la orilla. La caña que tenia cebada con choco se queda marcando picada y es otro aceptable ejemplar de espárido. Cuando la cosa estaba empezando a coger color entran las chovas y me dejan sin pescar un buen rato cortando las lineas de ambas cañas. Mientras monto los puentes y pongo otra vez las cañas en el quinto pino. Mi suegro captura un zafio que entró sin pensárselo a la tira de choco. El pescado allá por la medianoche se encuentra comiendo a unos 100 metros aproximadamente. Coincidiendo por el repunte comienza a levantarse vendaval y antes de recoger entra una herrera junto con un par de besugos más. El viento empieza a ser bastante molesto y decidimos poner punto y final a la jornada. El resultado en cuanto a capturas fue de Jose un besugo, mi suegro un zafio de 1 Kilo y el resto del pescado entró de 100 metros en adelante. 10 besugos, 4 sargos de 600, 400, 350 y 250g más una herrera con 500g. La noche estuvo marcada por los besugos y los sargos con algunos parones debido a los paseos que se daban las chovas cortando hilos que daba gusto.

Bueno pues esta fue la crónica de esta jornada de pesca que además de pasarlo bien sirvió para sacar algunas conclusiones más de esta playa cercana al estrecho que posteriori  me ha dado buenos ratos aún hoy. Saludos y buenas mareas a todos.